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My Under 30 Story: Micho Spring

Jefe de gabinete del Alcalde de Boston a los 26 años y la primera y única latina “Deputy Mayor” con 30 años de edad.

Nota del Editor: Las Historias “Bajo 30” son crónicas de luchas y logros por pioneros latinos que han abierto camino en Boston. Sin sus esfuerzos y éxito es probable que hoy en día no tendríamos nuestra lista de Latino 30 Under 30. El Mundo Boston Latino 30 Under 30, es presentado por Hennessy VSOP Privilege.

Por  TIM ESTILOZ

 

Hubo una vez, en un tiempo no muy lejano en Boston, donde las puertas de las oportunidades profesionales que muchos gozaban estaban cerradas para todos, menos para un grupo selecto basado en su raza, etnia y género. 

 

Pero esas puertas fueron abiertas totalmente en varias escalas durante la década turbulenta de los años 70 hasta los 80, no solo por el ex alcalde de Boston Kevin White; pero también por la notable presencia y los logros de Micho Spring, una joven profesional, de mucha confianza, y aprendiz del Alcalde.

Hoy, Micho Spring es definitivamente una de las únicas pioneras con más logros en el ámbito político y corporativo en Boston. Como cabeza de Weber Shandwick’s Global Corporate Practice y presidenta de la región de Nueva Inglaterra para la compañía, Spring es una innovadora y una experta en el área de los medios de comunicación, las relaciones públicas, la comunicación estratégica y laboral, y el manejo de la reputación.

 

A la edad de 26 años, Spring fue nombrada como jefe de gabinete del ex alcalde Kevin White para asesorarlo en todo lo relacionado con la gobernación de Boston. A los 30 años, se convirtió en la persona más influyente cuando White la ascendió al cargo de “Deputy Mayor” o vice alcalde.

 

Todos estos logros a tan corta edad son considerados dignos de atención. Sin embargo, lo que define a Micho Spring como una pionera multifacética, es el haber obtenido cargos políticos en una época donde nadie como ella había podido llegar a tener tanto éxito en el gobierno de Boston.   

 

Como una mujer, una Latina y una minoría, esta hija de inmigrantes cubanos escapó del régimen de Castro en 1960 junto con sus padres a un Boston racial y culturalmente diferente al que vivimos hoy. Era un tiempo que presentaba muchos retos para alguien como ella en medio de los problemas de esos días.

 

“Yo tuve la ‘suerte' de que era joven, mujer e hispana’’, dijo Spring. “Cuando fui nombrada Jefe de Gabinete, ya habían existido otras personas jóvenes en ese cargo, pero no habían sido ni mujeres ni hispanos. Estaba muy consciente de esto”.

 

“Recuerdo llegar a la alcaldía cuando era una fortaleza de hombres irlandeses y yo una mujer en sus 20 que era hispana con un nombre que ellos no podían pronunciar. Fue realmente una ofensa cultural al establecimiento. Kevin White estaba avanzado para su época y parte de una generación de políticos que le dieron el poder a los minoritarios’’. 

 

Pero la habilidad y la fuerza para navegar en las aguas turbulentas de la política Spring las aprendió años atrás cuando su familia tuvo que pasar literalmente por aguas más peligrosas en busca de la libertad que no tenían en su país nativo, Cuba.

 

“Tenía 10 años cuando salimos de Cuba’’, dijo Spring.

 

“Fue muy traumático dejar mi patria porque tuvimos que huir. Estaban cerrando todas las escuelas y todos los niños de mi edad los estaban siendo enviados a una escuela pionera para ser ‘entrenados’ por el nuevo gobierno de Castro. Mis padres decidieron que no íbamos a comenzar el año escolar y literalmente salimos a finales de agosto en 1960, pensando que solo nos íbamos por seis meses porque creíamos que ese gobierno en Cuba no iba a durar’’.

 

“Salimos sin nada y comenzamos una vida totalmente nueva’’, continuó Spring.

 

“Yo no sabía hablar inglés y todo lo que conocía cambio de la noche a la mañana. Nos apenó no poderle decir adiós a nadie, ni decirle a la gente que nos íbamos porque había mucho miedo a nuestro alrededor en ese momento’’. 

 

Según Spring, ella y su familia llegaron a una Norte América que era contradictora en su bienvenida. Por un lado, habían personas que no aceptaban a los inmigrantes ya que su cultura era desconocida para muchos en los Estados Unidos. Por otra parte, el clima político al principio de los años 60 entre los Estados Unidos y el régimen de Castro le permitió a su familia y otros como ellos, algún grado de entendimiento.

 

“Recuerdo que me preguntaban en la escuela, cuando tenía 10 años, si los cubanos vivían en árboles’’, agregó Spring.  

 

“Ellos no sabían nada de mi cultura o de mi país. Solo decían, ¿Quiénes son estas personas que nos están invadiendo?, debido al gran número de cubanos que llegaron a la misma vez’’.  

 

“Por otra parte, hay que tomar en cuenta que éramos víctimas de la Guerra Fría’’, explicó Spring. “Nos estaban dando la bienvenida como damnificados de una revolución a la que  Estados Unidos se oponía. Me estremece pensar la experiencia que tienen los inmigrantes que llegan en esta época, porque durante la Guerra Fría fuimos bienvenidos de una forma que ningún otro inmigrante o refugiado ha recibido hasta ahora. Creo que eso nos dio un estatus y nos hizo la vida un poco más fácil’’.

 

Siendo joven, en un país nuevo y aprendiendo un nuevo idioma, Spring da crédito sus padres quienes le enseñaron las habilidades que poseían para darle la fortaleza y desarrollar el carácter que necesitaba en ese entonces, el cual le ayudó en su vida adulta como en su carrera profesional.

 

“Mi padre fue doctor y creo que de la forma en que practicó la medicina, me motivó a dedicarme al servicio público’’, dijo Spring con mucho orgullo.

 

“Mi madre era una mujer firme y muy valiente”, dijo Spring. “Y era una relacionista pública por naturaleza, definitivamente heredé mucho de ella’’.

 

Equipada con un carácter fuerte y un espíritu ambicioso, Spring vivió en Nueva York donde comenzó a trabajar en la administración del alcalde John Lindsay.

 

Fue entonces cuando Spring empezó a sentir un llamado para asistir a aquellos dedicados a revitalizar las ciudades en Norte América, que en muchos casos habían caído en decadencia.

 

“Las ciudades Norte Americanas se estaban muriendo en los años 70. Habían muchas capitales que tenían toda clases de disturbios, particularmente en Nueva York. Habían protestas públicas y demostraciones de gran magnitud en contra de la Guerra de Vietnam, disturbios en las calles por el asesinato de Martin Luther King y Bobby Kennedy. Fue durante este contexto que me sentí atraída a la causa de salvar las ciudades. Había una generación de alcaldes jóvenes que habían sido electos en ciudades claves con el deseo de rehabilitarlas”.

  

Fue durante ese tiempo turbulento y de cambios que Spring llegó a Boston a estudiar y graduarse de Kennedy School of Government en la Universidad de Harvard.

 

Todavía al rededor de sus 20 años de edad, Spring comenzó a trabajar en al administración de Kevin White y desde abajo comenzó a ayudar con cambios significativos en la ciudad.

 

“Comencé a trabajar en la Alcaldía luego de la segregación racial y escolar ”, explicó Spring, “lo cual parecía como si hubiésemos tenido una guerra civil. Pude ver donde el gobierno podía ser efectivo, especialmente si miras al Boston de hoy, que en gran parte usó medidas cautelosas. Esta ciudad fue abierta por una política pública muy inteligente".

 

El compromiso de Spring de ayudar a mejorar a Boston no pasó desapercibido por su jefe, el Alcalde. Su motivación la ayudó no solo avanzar en su carrera profesional, sino también le abrió las puertas para que generaciones de mujeres, minorías y latinos pudieran hacer lo mismo hasta el día de hoy.

 

“El alcalde Kevin White era conocido por darle oportunidades a la gente joven", dijo Spring. 

 “Él definitivamente me dio muchas oportunidades. Pero, tuve que aprender a hacer cosas en un ambiente donde no siempre todo era fácil. Habían muchos obstáculos, obstáculos burocráticos al igual que culturales. Aprendí cómo hacer las cosas a pesar de todo esto, lo cual todavía uso cuando trabajo asuntos complejos para mis clientes", dijo Spring.

 

Fue durante este tiempo que Spring descubrió que podía abogar por la creciente comunidad latina de Boston desde su puesto en el gobierno de la ciudad.

 

"Cuando conseguí mi trabajo en la alcaldía y me ascendieron a ‘Deputy Mayor’”, recalcó Spring, “fue un nombramiento para ese cargo por ley, no para los hispanos. Sin embargo, el día que me nombraron un grupo de líderes latinos de agencias de servicios sociales y líderes comunitarios vinieron a darle las gracias al Alcalde por elegirme para ese cargo como la primera latina en la historia de Boston”.

 

“Me acogieron y me hicieron su campeona, y desde ese momento en adelante me sentí tan responsable de manejar cualquier solicitud de la comunidad hispana. Ellos me consagraron como su propia “Deputy Mayor” y eso para mi tuvo mucho significado". 

 

Eventualmente, Spring dejo el mundo de la política de Boston para comenzar un nuevo capítulo en el sector público como una estratega y gerente en el área de las comunicaciones.

Una vez más, Spring se enfrentó a situaciones del mundo empresarial en donde tuvo que usar su experiencia e instinto para sobrevivir y tener éxito en aguas profesionales inexploradas.

 

“Encontré más difícil cuando trabaje en el sector privado y estuve en reuniones interminables donde era la única mujer, eso fue difícil de manejar”, dijo Spring. 

 

“Como muchas otras mujeres e hispanos de mi generación, tuvimos que aprender a desarrollar nuevos instintos para sobrevivir y navegar a nuestro alrededor, lo cual ha sido increíblemente útil en mi carrera’’. 

A la fecha, Spring ha sido nombrada en varias ocaciones como una de las “20 Mujeres Más Poderosas en Boston” por Boston Magazine. 

 

En el 2014, fue nombrada en la lista de los 50 más poderosos del Boston Business Journal.  Bajo su liderazgo en el 2015, Weber Shandwick fue ubicado como número uno entre los 100 negocios manejados por mujeres en Massachusetts por el Boston Globe Magazine y el Commonwealth Institute. Spring ha recibido un sin número de reconocimientos y premios profesionales y es miembro de la junta de directores de múltiples organizaciones.  

 

Micho Spring ha visto la evolución de Boston a través de los años, especialmente en cuanto se refiere a la inclusión y las oportunidades para los jóvenes latinos. De la misma forma en que se benefició de las oportunidades que le ofrecieron cuando era joven, Spring ve un potencial más grande para los jóvenes de hoy, especialmente en el ámbito de la inclusión y las oportunidades disponibles para ellos.

 

“Vinimos de una ciudad de hace 40 años que tenía una larga historia, pero que no tenía un futuro muy brillante’’, dijo Spring, “a una ciudad que es percibida como innovadora, inclusiva, y pienso que no solo tolerante, sino también que ha acogido la diversidad y la capitalización a partir de esto”.

 

“También pienso que Boston atrae mucho talento”, añadió  Spring. 

 

“Tenemos esta entrada de nuevas generaciones que vienen cada septiembre, que nos retan y nos hacen ser mejores”.

 

Sin embargo, esta “Bostoniana" aún se mantiene devota y leal a su herencia y cultura Cubana. 

 

“Yo hice mi vida aquí y amo a Boston”, dijo Spring, “Pero nunca me he olvidado de mis raíces en Cuba. Eso fue lo que me moldeó, a pesar de que salí a los 10 años. Mis padres, mi cultura, mi historia y la de mi familia hacen parte de Cuba. Mi familia luchó por la independencia de Cuba por tres generaciones. Es una gran parte de mi identidad, pero he hecho mi vida aquí en Boston. Amo los valores que tenemos aquí. Amo esta comunidad y me siento orgullosa de ser una comprometida ciudadana”

 

“Siempre me he considerado una hija de la Habana…pero una residente de Boston.”

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